LITERATURA

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MODERNISMO Y GENERACI�N DEL 98
VANGUARDIAS Y NOVENCENTISMO
GENERACI�N DEL 27
TEATRO PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX

EL MODERNISMO Y LA GENERACI�N DEL ‘98

En el siglo XX las nuevas teor�as de la F�sica pon�an al frente el Racionalismo. Al mismo tiempo, corrientes

filos�ficas como el vitalismo y el existencialismo– Dios ha muerto, afirma Nietzsche –se inicia una crisis universal

de valores en la que la raz�n y el progreso ya no aseguran la felicidad.

Mientras Espa�a perd�a sus �ltimas colonias, se encontraba lejos del desarrollo econ�mico e industrial de otras

potencias europeas. Esta situaci�n llev� a los intelectuales a plantearse el llamado “problema de Espa�a”: a qu�

se deb�a la situaci�n actual del pa�s y c�mo resolverla.

En esos mismos a�os –el poeta Rub�n Dar�o - Azul (1888), Prosas profanas (1986), difund�a el Modernismo:

movimiento po�tico que llegaba desde Am�rica a Espa�a como un aire nuevo. A una joven generaci�n de

escritores, que dio en llamarse Generaci�n del 98, le correspondi� afrontar y adaptar las novedades del

Modernismo y ocuparse, con una visi�n pesimista, en la reflexi�n sobre Espa�a, a cuyos problemas buscaron

soluci�n en la vida cotidiana, en el paisaje, en Castilla...

Tomando la influencia de Verlaine y de B�cquer, el Modernismo espa�ol result� m�s sobrio y menos ex�tico que

el hispanoamericano. Al margen de poetas como Villaespesa o Manuel Machado, tuvo quiz� en Valle-Incl�n su

m�s genuino representante. Valle en Comedias b�rbaras, avanz� hacia el esperpento: g�nero teatral que

presentaba grotescamente deformada la realidad de Espa�a. En �l, se combinan un lenguaje poetizado junto al

argot callejero, la visi�n grotesca y absurda de la existencia humana... Luces de bohemia, expone la teor�a del

esperpento que sit�an a Valle-Incl�n en un lugar privilegiado del teatro del siglo XX.

El Modernismo tambi�n est� presente en las primeras obras del poeta Antonio Machado. Quiz� sea el mayor

representante de la Generaci�n del 98. Machado, busca en la poes�a captar, mediante la palabra, el adjetivo, y

rehuyendo la met�fora, la esencia y la temporalidad de las cosas. Soledades (1903), cuyo tema principal es el paso

del tiempo, muestra la influencia de Rub�n, y profundiza en los s�mbolos - el camino, la tarde, la fuente... Campos

de Castilla (1912) nos pone de manifiesto la visi�n de Machado del problema de Espa�a.

Destaca en el 98 la figura intelectual de Miguel de Unamuno. Fue autor de importantes ensayos de contenido

filos�ficos del sentimiento tr�gico de la vida o sobre el tema de Espa�a. Unamuno se caracteriza por la ausencia

de descripci�n, la importancia que adquiere el di�logo, la imprecisi�n temporal y espacial. Todo esto permite que

el relato se centre en la conciencia de los personajes y de sus preocupaciones existencialistas. Utiliz� el t�rmino

“nivola” ya que se aparta del concepto tradicional de novela. Lo emple� en 1914 con el subt�tulo de Niebla. En

Niebla, Augusto P�rez, su protagonista, nos plantea la cuesti�n: una vez creados �somos libres de decidir nuestro

destino o �ste est� ya planificado por nuestro creador sin que nos quepa intervenir? Tambi�n destacamos San

Manuel Bueno, m�rtir, en la que, nos presenta la incompatibilidad entre la raz�n y el consuelo que nos ofrece la fe.

Finalizo con uno de los novelistas m�s le�dos y conocidos del siglo XX y uno de los de mayor influencia en los

narradores espa�oles de generaciones posteriores, P�o Baroja. Su novela, que tiene sus ra�ces en la de follet�n y

en la novela inglesa de aventuras del siglo XIX, se caracteriza por el estilo sencillo y claro, el p�rrafo breve, la

agilidad narrativa, el predominio de la acci�n... Baroja prefiere que el relato tenga vida aunque sea a costa de

perder orden. Anterior a 1912 pertenecen novelas, que reflejan el “esp�ritu del `98”, como La casa de Aizgorri, La

busca. Algunas de ellas de ambiente marinero y otras situadas en los barrios bajos del Madrid de comienzos de siglo.


fgv